Queridos Amigos
Los invito a este hermoso taller de energia proximo 23-25 nov.
Utilizaremos la respiración como puente con el Universo. Conocerás técnicas muy antiguas que te llevan a una meditación mas profunda y necesaria.
Trabajaras con otra persona, uniendo tu respiración, fundiendo tu energía en el, recibiendo momentos de quietud y de paz al apoyar tu corazón con el. Estas técnicas llevan a tu cuerpo a un nivel de relajación muy profunda y placentera y por muchos de nosotros olvidado . Es una buena oportunidad para recibir el año, practicando estar con el otro y regresar a nosotros mismos. Recuperar nuestra energía, estar en nuestra energía, nos permite continuar en la vida. muchas veces es algo que no sabemos hacer al dejar nuestra energía en el otro. Hay que practicar el regresar a casa, a nosotros, la respiración te lo da. No te lo pueden perder, es el ultimo taller del año y Pradeepa es un tesoro para compartir.
… el corazón no debe entrar demasiado
completamente en la respiración.
Deberías aprender a respirar muy silenciosamente, como si no hubiese ninguna prisa por respirar, como si fueras indiferente a ello. Ajeno, distante, remoto. Si puedes ser ajeno, distante y remoto respecto a tu respiración, serás capaz de llegar al punto medio. En ese momento no serás ni masculino ni femenino, serás las dos cosas y ninguna. Serás transcendental. Y entonces ambos errores desaparecerán.
La respiración viene del corazón. Lo que sale
del corazón es la respiración. En cuanto el corazón
se agita se desarrolla energía de la respiración.
La energía de la respiración es originalmente
actividad transformada del corazón.
Cuando estés distraído, observa: tu respiración también será distraída. Cuando no estés distraído, cuando estés sentado en silencio sin distracción, tu respiración será fresca, silenciosa, rítmica; tendrá la cualidad de una música sutil. Y esa cualidad es el punto medio exacto, porque no estas haciendo nada y , sin embargo, no estás profundamente dormido; no estás ni activo ni pasivo: estás equilibrado. Y en ese momento de equilibrio estás lo más cerca de la realidad, de Dios, del cielo. OSHO